Ajoblanco malagueño, la receta tradicional
Ingredientes para 4 personas
- 200 g de almendras crudas y peladas (o si no están peladas, te explico en la receta cómo pelarlas).
- 250 g de miga de pan (te va perfecto un pan redondo tradicional).
- 1 litro de agua fría.
- 3 dientes de ajo pequeños.
- 100 ml de aceite de oliva virgen extra.
- 35 ml de vinagre de vino blanco.
- Uvas para acompañar (cuanto más dulces mejor) o jamón.
- Sal.
El ajoblanco malagueño es un gran clásico de los meses más calurosos, ya que resulta muy refrescante, y según la cantidad de agua que añadas, puede pasar de ser una sopa fría y cremosa, a un líquido muy refrescante que puedes tomar directamente en vaso.
Cómo hacer ajoblanco malagueño
- Quítale la corteza al pan con un cuchillo, pon la miga en un bol y échale un poco de agua para que se ablande. También puedes echar las rodajas con la corteza en el agua, y cuando esté blanda la miga, retirar la corteza, como prefieras.
- Si tus almendras no están peladas, simplemente pon agua en una olla, y cuando hierva, sumerge las almendras en un colador en el agua, 2 o 3 veces. Deja que se enfríen y ya podrás pelarlas sin problemas.
- Ahora que tenemos listos todos los ingredientes, introdúcelos en el vaso de la batidora: las almendras, la miga de pan, los ajos pelados, el aceite, el vinagre y una pizca de sal. También échale un poco de agua, no toda de momento.
- Bátelo durante un par de minutos o lo que necesites para que quede una mezcla fina. Ahora añade el agua necesaria para que quede con la textura que más te guste, nosotros incorporamos finalmente alrededor de 1 litro porque nos gusta cremosita, pero podrías añadirle más sin problemas para que la sopa resultante esté más líquida.
- Pruébalo y rectifícalo de sal.
- Deja reposar en la nevera al menos una hora para que esté bien fresquito, o si tienes prisa, mételo al congelador y sácalo cuando veas que está ya frío.
Tiempo: 20 minutos y el tiempo de enfriado
Sirve y degusta
Debes servirlo sí o sí bien frío, perfecto para los meses más calurosos. Además, puedes conservarlo en la nevera perfectamente 3-4 días e irlo tomando como aperitivo o primer plato, ¡sienta genial!
Puedes acompañarlo de diferentes formas. Nosotros lo hemos presentado con uvas lavadas y deshuesadas, y además hemos puesto un bol al centro de la mesa con más uvas preparadas, ya que nos encanta este contraste y acabamos comiéndonos 8-10 uvas con nuestro plato de ajoblanco. Además, el chorrito de aceite de oliva que no falte, y si te gusta un toque más salado, puedes ponerle un poco de crujiente de jamón por encima, estará de… ¡escándalo!
Variaciones
Aunque se trata de una receta tradicional, en cada casa sabe de una forma porque las cantidades de cada ingrediente varían. Puedes modificarlas a tu gusto e ir probando hasta dar con tu ajoblanco preferido.
A la hora de incluir variaciones realmente destacables, lo ideal es acompañarlo con elementos dulces o salados. Ya hemos comentado las uvas y el jamón, pero también con cubitos de melón o de sandía, anchoas picadas, mojama en tiras, un poquito de pan crujiente… lo que más te guste 😉
Consejos
Si prefieres ahorrar tiempo, compra las almendras peladas, pero si quieres ahorrar dinero, cómpralas con su piel y escáldalas como te hemos explicado en la receta.
El aceite de oliva que utilices va a marcar el sabor final del ajoblanco, así que utiliza uno de sabor suave o bien más intenso en función de tus gustos.