Receta infalible de donuts caseros tiernos y riquísimos
Ingredientes para 28 unidades con cortador de 8 cm
- 400 g de harina de trigo de fuerza. Para saber si es de fuerza, basta mirar la información nutricional en el propio paquete y donde indica las proteínas debe indicar más de 11 g.
- 250 ml de leche.
- Ralladura de la piel de 1/2 naranja.
- Ralladura de la piel de 1/2 limón.
- 1/2 rama de canela. También podéis usar las semillas de una vaina de vainilla si lo preferís.
- 1 pizca de sal.
- 12 g de levadura fresca.
- 1 huevo M.
- 60 g de mantequilla.
- 60 g de azúcar glas.
- Abundante aceite para freír.
- Para el glaseado:
- 75 g de azúcar glas.
- 2 cucharadas soperas de leche.
Te quedarán tiernos y riquísimos, con una esponjosidad y un sabor únicos. Siguiendo el detallado paso a paso que he redactado incluyendo fotografías de cada detalle te será muy fácil seguir todo el proceso y conseguir así unos donuts que nada tienen que envidiar a los industriales, incluso si es la primera vez que los preparas.
La clave está en respetar los tiempos de reposo y también en freírlos adecuadamente para que se mantengan tiernos por dentro y con una capa exterior ligera y con un toque crujiente. Como colofón me gusta ponerles el clásico glaseado que también te enseño cómo preparar en la receta. Y por cierto, si tienes Thermomix aquí tienes cómo hacer donuts con Thermomix, que es esta misma receta pero adaptada al robot.
Cómo hacer donuts
- Saca la mantequilla de la nevera para que no esté fría.
- Lava bien la naranja y el limón y ralla la mitad de la piel de cada uno con un buen rallador.
- Pon la leche en un cazo junto con la ralladura de la naranja y el limón y la rama de canela. El fuego enciéndelo a temperatura alta y el cuanto hierva la leche (empezará a burbujear un poco) retira el cazo del fuego y espera a que se temple.
- Lo que buscamos es que la leche esté a una temperatura entre 25ºC y 30ºC para que al mezclarla con la levadura ésta no pierda efecto. Si no tienes termómetro de cocina simplemente toca la leche y cuando la notes solo un poco más fría que tu temperatura corporal ya estará lista para utilizarse.
- Pasa la leche por un colador para que se queden en él la canela y las ralladuras de los cítricos.
- Desmenuza un poco la levadura con tus dedos, incorpórala a la leche y remueve con una cuchara hasta que se disuelva.
- Hay un truco que puedes hacer si no te has acordado de sacar la mantequilla de la nevera con suficiente antelación y consiste en ponerla en un recipiente y al microondas unos pocos segundos (5, 10 o incluso 20 dependiendo de lo fría que esté), hasta que la veas que está cremosa pero no derretida ni líquida. La queremos en lo que se suele llamar punto pomada.
- En el bol en el que la vayas a amasar (ya sea a mano o con amasadora) pon los ingredientes secos: la harina, la sal y el azúcar glas. Mézclalos con una cuchara.
- Incorpora al bol la leche con la levadura, el huevo y la mantequilla.
- Ahora llega el momento de amasar, para ello puedes optar por dos opciones:
- Si lo haces con una amasadora eléctrica simplemente ponla a velocidad baja durante 5 minutos y después otros 5 minutos más a velocidad media hasta que la masa tenga un aspecto homogéneo y apenas esté pegajosa.
- Si lo vas a hacer a mano, primero mézclalo todo con una cuchara para que los ingredientes se vayan compactando, y cuando veas que ya no hay líquido en la masa porque se ha absorbido puedes pasarla a una superficie limpia para amasarla durante unos 10 minutos hasta que consigas una masa con textura homogénea y suave, aplastándola y cogiendo pliegues de los laterales y doblándolos hacia el centro. Si se pega mucho tan solo debes dejarla reposar 5 o 10 minutos y volver a amasarla. No caigas en el error de echarle más harina porque le estarás restando esponjosidad al resultado final.
- Haz una bola con la masa y déjala de nuevo en el bol tapada con papel film o un paño húmedo. Ultimamente estoy utilizando gorros de ducha de los transparentes de usar y tirar porque se adaptan fenomenal al bol y se pueden reutilizar cuantas veces se quiera.
- Deja que fermente alrededor de 1 hora y media o 2 horas, aproximadamente hasta que doble el volumen. Para ello lo ideal es que el bol esté en un sitio cálido (pero sin sol directo) y sin corrientes de aire. Un truco que suelo hacer sobre todo en invierno es encender el horno unos minutos a la temperatura mínima (la mayoría de los hornos permite a 30 o 40ºC), después lo apago y meto el bol con la masa para que esté calentita y suba sin problemas.
- Cuando la masa haya subido pásala a la encimera y amásala un poco para que salga el aire que se ha creado en su interior, con un minuto haciéndolo tienes suficiente.
- Estírala con un rodillo poco a poco para que no se desgarre ya que es una masa que conforme la vas estirando se sigue encogiendo un poco. Con paciencia en unos minutos la tendrás lisa y estirada, hasta que su grosor sea de aproximadamente un centímetro. Si ves que te cuesta un poco estirarla (a veces es cosa que depende de la harina) simplemente déjala ahí tranquila 5 minutos y vuelve a intentarlo, verás como es más fácil.
- Para cortar los donuts utiliza un cortador redondo de 8 o 10 cm de diámetro (el mío es de 8 y realmente es un aro de emplatar), aunque puedes utilizar una lata o cualquier cosa que te ayude a recortarlos. Para el agujero interior utiliza un tapón redondo o algo de similar tamaño (yo he utilizado un accesorio del prensador de ajos que tengo, lo veía bastante apropiado).
- Ve cortando los donuts colocando el cortador encima y girándolo un poco para que la masa quede perfectamente cortada. Haz lo mismo con el centro.
- Cuando ya no puedas cortar más donuts recoge los restos de masa de alrededor y los sobrantes de los agujeros, júntalos de nuevo amasando un poco, estira y corta más donuts, así hasta terminar con la masa. Si te queda un trozo muy pequeño guárdalo porque te servirá para saber después si el aceite para freírlos está a la temperatura adecuada.
- Yo los fui poniendo en trozos de papel de horno porque pensaba echarlos con el propio papel después a freír pero finalmente no hizo falta ya que se transportan bien con la mano y no se deforman así que simplemente podéis dejarlos sobre una sola lámina de papel de horno sin necesidad de cortarla en trocitos.
- Cúbrelos con un paño de algodón y déjalos reposar entre 1 hora y 1 hora y media hasta que veas que han subido y están un poco hinchados y tensos.
- En una sartén honda o cazo echa abundante aceite, pon el fuego fuerte y cuando el aceite esté bien caliente (sin que llegue a humear), ya lo tienes listo para freír los donuts. Si tienes un termómetro de cocina podrás medir la temperatura del aceite y empezar a freír cuando llegue a 170ºC, y si no siempre puedes echar ese trocito de masa que siempre sobra, si se quema rápidamente es que está muy fuerte el aceite y si burbujea poco es que le falta un poco de temperatura.
- Cuando tengas el aceite preparado ve echando en él tandas de donuts, yo suelo poner 4 o 5 a la vez de forma que no se rocen unos con otros y se puedan cocinar bien.
- Ve levantando alguno de vez en cuando para comprobar si están dorados (suelen tardar entre 1 minuto y medio y 2 minutos), y en ese momento dales la vuelta.
- Conforme vayan estando listos sácalos con una espumadera y ponlos sobre un plato con papel de cocina para que escurran el exceso de aceite. Cuando completo un plato de donuts y mientras hago la siguiente tanda los voy pasando a una rejilla y cambio el papel de cocina ya que es importante no dejar nunca unos sobre otros.Eso si, cuidado con no quemarte si coges alguno que acaba de salir del aceite, mejor ayúdate con la espumadera.
- Así tal cual están deliciosos para mi gusto aunque apenas dulces por lo que si te gustan así ya los tienes listos pero si quieres dejarlos como los donuts clásicos te animo a preparar el glaseado.
- Prepara el glaseado calentando la leche en un recipiente durante unos pocos segundos en el microondas para que esté caliente (15-20 segundos es suficiente). Incorpora el azúcar glas y mezcla con una cuchara o unas varillas hasta que tenga un aspecto homogéneo y sin grumos.
- Ve mojando los donuts en el glaseado. Normalmente tienen un lado más bonito que el otro así que mójalos del lado «bonito» y déjalos secando sobre una rejilla con el lado «menos bonito» hacia abajo.
- En pocos minutos el glaseado se habrá secado y cristalizado sobre los donuts.
Tiempo: 4 horas y media (pero no te asustes, ahí incluyo mucho tiempo de reposo)
Sirve y degusta
Cómetelos calientes, templados o fríos pero siempre que sea en esas primeras horas ya que recién hechos es como más ricos están. Los que te sobren guárdalos en un recipiente cerrado para que no se sequen demasiado aunque a partir del día siguiente ya no estarán igual que recién hechos. También puedes congelarlos sin problemas, si vas a hacerlo te recomiendo que sea en cuanto se enfríen y cuanto antes para que al descongelarlos estén como recién hechos.
Creo que la palabra ternura se queda corta para definir la exquisita textura que tienen estos donuts. Por fuera tienen una ligera capa un poco crujiente que hace un contraste fantástico y el colofón es el sencillo glaseado que se cristaliza en pocos minutos y que hace que estén de auténtico… ¡escándalo!
Variaciones
Atrévete a darles otro tamaño, por ejemplo de mini-donuts con un cortador más pequeño o incluso donuts gigantes con un cortador más grande, en este último caso recuerda también hacerle grande el agujero central porque podría cerrarse.
Si te gusta el chocolate cambia el glaseado de azúcar por una cobertura de chocolate casera, quedan espectaculares. Además si quieres darles un toque diferente aprovecha antes de que se enfríe el chocolate encima de los donuts y reparte por encima frutos secos en trocitos
Puedes aromatizarlos como prefieras, añadiendo o sustituyendo algunos de los ingredientes que yo he utilizado (ralladura de cítricos, canela). Por ejemplo utiliza las semillas de una vaina de vainilla o un poco de vainilla líquida e incluso aroma de azahar, la que se utiliza en el clásico Roscón de Reyes y que tan bien le queda a la masa.
Consejos
Si es la primera o de las primeras veces que preparas masas que necesitan fermentación lo más importante es no preocuparse en exceso ya que la experiencia va a ser tu mejor aliada para saber «leer» las masas y así cogerles el punto perfecto poco a poco. Aún así si sigues la receta paso a paso te va a resultar muy sencillo. Tan solo ten en cuenta que la temperatura ambiente influye mucho en los tiempos y por eso en verano lo ideal es buscar estancias más frescas para dejar reposar la masa, en cambio en invierno buscaremos la estancia más cálida o hacemos el truco de calentar un poco el horno. Lo más importante es que no se sobrefermente la masa, por eso en cuanto haya doblado su volumen hay que seguir avanzando con la receta.
¿Necesitas una pausa? Puedes repartir el trabajo de la receta en dos días, es muy sencillo. Haz el primer fermentado de la masa en nevera, simplemente ponla en un recipiente cerrado y amplio porque crecerá, déjalo en la nevera toda la noche y al día siguiente sácalo de la nevera, espera unos 30 minutos para que la masa no esté tan fría y sigue con el proceso para darles forma.
Amasar es muy fácil, pero si no sabes cómo hacerlo te sugiero por ejemplo que vayas presionándola con tus manos en el centro y después vayas doblando los extremos hacia dentro como si fuese un hatillo, y así repite hasta que la masa vaya quedando lisa y homogénea. No te agobies y disfruta de ello porque aunque en un principio las masas puedan parecer algo indomable conforme las vas amasando se transforman hasta tener una textura suave y muy agradable.