Cómo hacer salsa a la pimienta verde
Ingredientes para unos 300 g
- 200 ml de nata para cocinar.
- 1 cebolleta o 1 cebolla pequeña.
- 1/2 pastilla de caldo concentrado (de carne o de pollo, ambos sirven) o 100 ml de caldo de pollo. Puedes prepararlo casero con nuestra receta de caldo de pollo casero.
- 1 cucharada de pimienta verde. ¡Importante! Se trata de la pimienta verde que venden en un tarrito con líquido, por lo que no está seca ni deshidratada. El tarrito, aunque suele parecer pequeño, será suficiente para preparar muchas veces esta salsa a la pimienta verde.
- 1/2 vasito de vino blanco o jerez.
- Aceite de oliva, pimienta negra molida y sal.
Es una de las salsas más sencillas a la par que sabrosas que se pueden elaborar, y a mí me gusta especialmente con carnes y con pasta. Se trata de una salsa que se sirve caliente, es muy cremosa, y se elabora con pimienta verde hidratada que nada tiene que ver con la habitual pimienta negra que solemos moler. De hecho, es una pimienta que puedes comértela entera sin problemas, pues su picor es bastante suave.
Preparación, cómo hacer la salsa a la pimienta verde
- Prepara la cebolleta. Para ello, lávala bajo el chorro de agua fría y sécala. Córtale el rabo (toda la zona verde) y las raíces, y pícala finita.
- Pon una sartén a fuego medio, échale un poco de aceite y sal, y saltea en ella la cebolleta durante 5 minutos, hasta que esté ligeramente transparente.
- Desmenuza con tus propios dedos la pastilla de caldo concentrado encima de la sartén, y añade el vino blanco. Revuelve bien y deja que el alcohol se evapore, tardará un par de minutos.
- Si en vez de la pastilla de caldo vas a utilizar caldo de pollo, añádelo en este momento y cocina 2 o 3 minutos para que se evapore un poco el líquido.
- Añade la nata y una cucharada de pimienta verde. Remuévelo todo bien y déjalo que se cocine y espese durante unos 5 minutos (no debe hervir, así que ponlo a fuego flojito).
- Si espesa demasiado, puedes añadir un poco de leche hasta dar con la textura que más te guste. Pruébala y rectifícala de sal si es necesario.
Videorreceta de la salsa a la pimienta verde
Tiempo: 15 minutos
Sirve y degusta
Asegúrate de utilizar la salsa bien caliente, por lo que puedes prepararla en el último momento, o tenerla previamente hecha y darle un golpe de calor de nuevo en el fuego, con un par de minutos es suficiente. Al recalentarla puede espesarse un poco, así que puedes añadirle leche hasta dar con la textura que más te guste.
Riega tus platos de pasta (con unos espaguettis y un poco de bacon crujiente quedaría espectacular), o tus recetas de carne. Para ir abriendo apetito, mira cómo queda el solomillo de cerdo a la pimienta verde con patatas aromatizadas.
Variaciones
Si prefieres las salsas sin nata, existe una alternativa muy buena basada en leche y harina de maíz (como si fuera una bechamel), y puedes tomar como ejemplo nuestra salsa roquefort sin nata. Simplemente en vez de agregar nata, incorpora una mezcla de leche y harina de maíz (previamente diluídas en frío), y sigue con el resto de la receta.
La cebolleta o cebolla es opcional para la preparación, aunque en mi opinión le aporta una textura y sobre todo un sabor que le queda genial. Solo prescindiría de ella si tengo muy poco tiempo para cocinar. Y si la añades y quieres que la salsa quede finita, puedes triturarla con una batidora.
Consejos
Prueba siempre la salsa antes de servirla, para que esté perfecta para ti en cuanto a textura y sabor. Si te queda muy espesa, puedes ir añadiendo un poco de leche. En cuanto a la sal, ten en cuenta que el propio caldo concentrado aporta bastante, por lo que debes probarla antes de hacer cualquier cambio.
Puedes conservarla 2-3 en la nevera en un recipiente hermético (preferiblemente un tarro de cristal).