Cómo hacer tequeños venezolanos de queso con masa casera y crujiente
Ingredientes para 4-6 personas
- 250 g de harina de trigo.
- 1 huevo L.
- 60 g de mantequilla sin sal.
- 70 ml de agua.
- 5 g de sal.
- 250 g de queso. El tipo de queso habitual es queso blanco tipo llanero o palmita, pero si no los encuentras puedes utilizar queso Gouda o el queso san Simón da Costa, que es un queso gallego que funciona fenomenal en esta receta.
- Abundante aceite para freír.
Esta receta es todo un espectáculo, un aperitivo de lo más resultón y apetecible. Se trata de una especie de palitos de queso que queda derretido y se estira como en las mejores pizzas y por fuera va recubierto con una capa de masa crujiente y sabrosa con un toque de mantequilla que le sienta fenomenal. La elaboración es bastante sencilla, lo único que requiere un poco más de tiempo es la masa pero es muy fácil de trabajar, y por último se fríen los tequeños aunque también se podrían hornear sin problemas.
Cómo hacer tequeños venezolanos de queso
- Pon en un bol la harina y la mantequilla cortada en trocitos.
- Con tus manos ve estrujando la harina con la mantequilla durante unos minutos hasta que se formen una especie de «migas» y la harina tenga una textura un poco grumosa y ligeramente húmeda, con los trozos de mantequilla ya deshechos y muy pequeños.
- Añade al bol el resto de ingredientes de la masa: el huevo, el agua y la sal. Empieza mezclando con una cuchara y cuando la masa tenga un poco de consistencia pásala a una masa y amásala durante unos 10 minutos, presionándola desde el centro hacia un lado y doblando ese lado hacia el centro. También puedes amasarla con un robot a la velocidad más baja.
- Amasa hasta que la masa tenga un aspecto homogéneo, es muy agradable de trabajar. Dale forma de bola y déjala reposar en el bol durante 30 minutos y tapada. Puedes taparla con un trapo de algodón o incluso con un gorro de ducha de los que son desechables (pero para esta tarea lo voy reutilizando), se adaptan fenomenal a los boles.
- Corta el queso en bastones. Como medida ideal de largo unos 6 cm y ancho unos 2 cm, aunque va en gustos.
- Estira la masa con ayuda de un rodillo hasta que esté bien fina y con forma rectangular, y córtala en tiras de 2 cm de ancho. Yo suelo utilizar un cortador de pizza para esta tarea.
- Ahora vamos a ver cómo envolver cada palito de queso. Coloca el trozo de queso encima de la masa y haz que el extremo lo envuelva por arriba.
- Coge el palito de queso y termina de envolver toda su longitud con la masa.
- Gira un poco la masa en el extremo del queso (muy importante que nunca se vea el queso, que quede perfectamente cubierto) y ve envolviéndolo con la masa hasta el final. Si te sobra masa simplemente córtala.
- Los sobrantes de masa puedes volver a unirlos y estirarlos hasta terminar con toda la masa. A mi concretamente esta vez me han salido 17 tequeños, pero depende un poco de cómo cortemos el queso y cómo de fina dejemos la masa.
- Por último vamos a freír los tequeños. En una sartén honda o cazo echa abundante aceite, pon el fuego fuerte y cuando el aceite esté bien caliente (sin que llegue a humear), ya lo tienes listo para freírlos. Si tienes un termómetro de cocina podrás medir la temperatura del aceite y empezar a freír cuando llegue a 170ºC, y si no siempre puedes echar un tequeño, si se quema rápidamente es que está muy fuerte el aceite y si burbujea poco es que le falta un poco de temperatura.
- Prepara un plato con papel de cocina encima para ir dejando encima los tequeños cuando estén fritos.
- Ve friendo tandas de tequeños, en mi caso he ido friendo 4 a la vez, no más para que la temperatura del aceite no bajara y no estuvieran unos encima de otros.
- Ve moviéndolos un poco con la espumadera para que se cocinen por todas partes. Cuando estén dorados sácalos con la espumadera escurriendo bien el aceite y ponlos en el plato con papel. Suelen tardar unos 4-5 minutos, aunque depende de la temperatura del aceite y del tamaño y grosor que tengan.
Tiempo: 1 hora más 30 minutos de reposo
Sirve y degusta
Lo ideal es que los tequeños se sirvan recién hechos y se coman calientes, con cuidado de no quemarse durante los primeros minutos. La clave está en llevarlos a la boca cuando el queso aún está caliente y ligeramente fundido para que se estire con cada bocado. Si te sobran puedes congelarlos, tanto fritos como sin freír, y también aguantan bien en la nevera 3-4 días, por lo que puedes calentarlos durante unos minutos en el horno o un poco en el microondas para que vuelvan a estar calientes.
Los tequeños quedan espectaculares de sabor pero yo destacaría sobre todo la textura, ya que la masa es crujiente y fina y comer el interior de queso derretido es un auténtico placer. Sin duda se trata de un aperitivo de auténtico… ¡escándalo!
Variaciones
Hay muy pocas variaciones que se puedan realizar en cuanto a ingredientes con esta receta, salvo el queso, ya has visto en la sección de ingredientes que puedes utilizar varios tipos. Sin embargo respecto a la elaboración, en vez de freír se pueden hornear. Para ello ponlos en una bandeja de horno con papel de horno, píntalos con un poco de huevo batido o leche y hornéalos a altura media a 200ºC durante unos 15-20 minutos o hasta que veas que están dorados por fuera.
Los tequeños se pueden servir tal cual pero también es ideal acompañarlos con una salsa. Yo los he servido con la típica guasacaca venezolana pero también puedes mojarlos en esta riquísima salsa barbacoa casera, fácil y rápida, en la salsa de mostaza y miel o en la salsa tártara casera.
Consejos
Es muy importante que la masa cubra totalmente el queso para que, al freírlos, no se salga. Presta especial atención a los bordes para que queden bien cubiertos, y conforme enrolles la masa sobre el palito de queso procura que cada vuelta se superponga un poco por encima de la anterior para no dejar huecos libres.