Espinacas a la crema gratinadas, una receta muy fácil
Ingredientes para 4 personas
- 1 kg de espinacas frescas o congeladas.
- 600 ml de leche.
- 50 g de harina de trigo.
- 100 g de queso para gratinar (parmesano, mozzarella, havarti… a tu gusto).
- Pimienta negra recién molida.
- Nuez moscada.
- Aceite de oliva y sal.
Estas espinacas a la crema gratinadas tienen un puntito cremoso que me encanta, quedan muy suaves de sabor, y al salir del horno ves la delicia en la que se han convertido con el queso por encima. Suelo preparar esta receta con espinacas congeladas, aunque también se pueden utilizar frescas, pero recordad aquello de «Espinacas, muchas metes pocas sacas», pues con las frescas es una frustración ver cómo una sartén repleta con una gran montaña de espinacas, se queda en nada.
Preparación, cómo hacer la receta de espinacas a la crema gratinadas
- Si las espinacas son congeladas, tienes 3 opciones para descongelarlas:
- Sumergirlas en agua hirviendo con una cucharadita de sal, hasta que se descongelen (entre 5 y 10 minutos).
- Descongelarlas en un recipiente en el microondas (4-7 minutos, puedes ir comprobando si están descongeladas).
- Puedes acordarte de sacarlas la noche anterior y descongelarlas en el frigorífico.
- A continuación, escúrrelas.
- Precalienta el horno a 180ºC.
- En una sartén añade un chorrito de aceite, ponla a fuego medio y vierte las espinacas (tanto si son frescas, como si son las congeladas ya descongeladas), para cocinarlas durante apenas 5 minutos, para que se evapore el agua que siguen soltando, pero sin llegar a dorarse o secarse. Ve removiéndolas de vez en cuando.
- Tamiza la harina por encima de las espinacas, es decir, hazla pasar a través de un colador (como puedes ver en la fotografía) para que se incorpore sin grumos.
- Remueve para que se integren las espinacas y la harina, durante un par de minutos.
- Añade la sal, la pimienta y la nuez moscada.
- Vierte la leche poco a poco sin dejar de remover las espinacas, y verás que se va creando una crema, como cuando preparamos bechamel. Cuando deje de estar líquida y espese ligeramente, aparta la sartén del fuego.
- Vierte la mezcla en una bandeja o molde adecuado para el horno.
- Ralla por encima tu queso preferido.
- Introduce el molde en el horno y deja que se gratine. Alrededor de 5 minutos serán necesarios para que el queso comience a dorarse, momento en el que estarán listas las espinacas y deberás sacarlas del horno y servirlas.
Tiempo: 25 minutos una vez descongeladas las espinacas
Sirve y degusta
Degústalas bien calentitas y recién sacadas del horno. Puedes ponerlas al centro y servir a cada uno de los comensales, o también puedes hornearlas en cazuelas individuales que luego quedan genial en la mesa.
Variaciones
Hay quien se las come sin gratinar, y también es una opción estupenda. Tal cual de la sartén a la mesa, bien cremositas 😉
Si te encanta el queso, atrévete a innovar. Incorpora roquefort, queso de rulo de cabra o algún otro de fuerte sabor que te guste y ponlo encima de las espinacas para que se gratine. Te quedarán de… ¡escándalo!
Consejos
Si quieres prepararlas con antelación, puedes realizar todo el proceso, pero realizando el gratinado con el queso justo antes de servirlas. Así, las espinacas con la crema te aguantarán 2-3 días en la nevera, pero al ponerlas en la mesa tras sacarlas del horno, estarán como recién hechas.
Prueba si están bien de sal antes de echarles el queso, ya que así podrás rectificarlo perfectamente. Siempre se recomienda salarlas cuando ya están cocinadas, como hemos hecho en esta receta, porque si lo haces antes es fácil equivocarte, ya que pierden mucha agua durante el proceso y podrían quedarte saladas en exceso.