Gambas a la gabardina, la tapa típica de gambas rebozadas
Ingredientes para 4 personas
- 12 o 16 gambas, según si quieres servir 3 o 4 por persona. Lo ideal es que sean grandes, tipo gambones, y pueden ser frescas pero también quedan genial congeladas, de hecho en esta ocasión he utilizado gambones congelados.
- 1 yema de huevo.
- 100 ml de cerveza o agua con gas.
- 100 gr de harina de trigo.
- Un poco de sal.
- Aceite de oliva o de girasol, cantidad suficiente para freír.
La tapa típica de gambas rebozadas que tanto triunfa en los bares y con la que vamos a tener el éxito asegurando cocinándola en casa. En Murcia les llamamos caballitos y se trata de un rebozado que no es crujiente porque el objetivo es que quede esponjoso y verás que con esta receta lo vas a conseguir de forma muy sencilla. Además sabrás cómo freír las gambas para que se mantengan jugosas y no absorban exceso de aceite, quedando de auténtico… ¡escándalo!
Cómo hacer la receta de gambas a la gabardina
- Si las gambas son congeladas hay que descongelarlas previamente, no se pueden cocinar congeladas. Para ello pásalas a la nevera en un recipiente el día anterior o si tienes prisa o se te ha olvidado puedes hacerlo de forma rápida. Simplemente sumérgelas en agua fría y en una hora o incluso menos estarán descongeladas. Lo sabrás porque al presionarlas con tus dedos no notarás el interior duro.
- Empezamos preparando la masa del rebozado. Pon en un bol la yema de huevo (la clara puedes guardarla para alguna elaboración de repostería que la necesite o para incluirla en una tortilla junto con otros huevos), la cerveza o el agua con gas, la harina de trigo y un poco de sal.
- Mezcla con unas varillas hasta que su aspecto sea homogéneo y no haya grumos.
- Aquí puedes apreciar la textura que debe tener, con cierta densidad pero fluida. Guarda el bol en la nevera durante 30 minutos para que repose la masa.
- Mientras aprovecha para retirarle la cabeza y las cáscaras a la gambas, dejándoles de cáscara solamente la parte final de la cola. Las cáscaras y las cabezas puedes congelarlas y aprovecharlas cuando quieras preparar un caldo de pescado y marisco por ejemplo.
- Saca la masa del rebozado de la nevera cuando haya reposado y vayas a empezar a freír.
- Para freír las gambas puedes utilizar una freidora o una sartén (o un cazo si es poca cantidad). En cualquiera de ellos echa abundante aceite y ponlo a fuego alto para que vaya cogiendo temperatura hasta alcanzar unos 170ºC. Si no tienes termómetro o freidora debes saber que el aceite tiene que estar bien caliente pero sin llegar a humear.
- Un truco para saber si ya está listo el aceite es echar una gotita de la masa del rebozado, estará listo cuando se hunda y suba rápidamente a la superficie.
- Coge una gamba por la zona de la cola en la que hemos dejado un poco de cáscara, sumérgela en la masa del rebozado, sácala, que escurra solo un poco y échala a la freidora o sartén. Haz lo mismo con unas cuantas más pero procurando que en el recipiente que uses no se queden unas encima de otras por lo que si quieres preparar más cantidad deberás hacerlo en varias tandas.
- Cocínalas entre 1 y 2 minutos por un lado, dales la vuelta y otro minuto por el otro lado o hasta que veas que se han dorado un poco.
- Prepara un plato con papel de cocina y conforme estén listas saca las gambas a la gabardina con una escurridera y ve dejándolas ahí para que suelten el exceso de aceite. Sigue con el resto de tandas hasta que las tengas todas rebozadas y fritas.
Tiempo: 30 minutos más el tiempo de reposo
Sirve y degusta
Sirve las gambas a la gabardina recién fritas ya que es cuando más rico está el rebozado aunque lo cierto es que como se trata de un rebozado esponjoso y no crujiente también se pueden comer templadas o incluso frías, aunque para mi no hay nada como comerlas recién hechas. Si te sobran puedes guardarlas 2-3 días en la nevera y al recalentarlas la textura no será la misma pero el rebozado protege mucho a la gambas y seguirá estando jugosa si no te pasas de calor.
Disfruta de unas gambas jugosas y sabrosas con un rebozado esponjoso y, como has visto, muy sencillo de preparar. Si te gusta échales un chorrito de limón justo antes de comerlas, es un toque que le queda genial a este aperitivo de auténtico… ¡escándalo!
Variaciones
Hay quien le echa unas hojas de perejil al rebozado, pueden ser enteras o un poco picadas y tanto por estética como por sabor quedan muy bien.
Solemos verlas como una tapa típica tradicional española pero lo cierto es que si las sirves acompañadas con salsa agridulce china o un poco de salsa de soja las estás transformando en un aperitivo con un toque asiático fantástico.
Consejos
Este tipo de rebozados se prestan a experimentar así que siéntete libre de cambiar las proporciones de los ingredientes de la masa para conseguir rebozados más densos o por contra más ligeros, según sea tu gusto.