Pizza en sartén crujiente y deliciosa con masa casera, ¡te va a sorprender!
Ingredientes para 3-4 unidades
- Para la masa de pizza:
- 300 g de harina de trigo de fuerza. Para saber que es harina de fuerza debes ver en el paquete que cada 100 g ponga que tiene de proteínas más de 11 g.
- 7 g de levadura fresca (o 2,5 g de levadura seca).
- 1 cucharadita de sal.
- 15 g de aceite.
- 200 ml agua.
- Un poco más de harina de trigo o sémola de trigo duro para la base cuando la vayamos a cocinar, para conseguir ese exterior granulado tan típico de algunas pizzerías.
- Encima de la pizza (cantidades al gusto):
- Salsa de tomate, tomate frito o tomate concentrado. Lo ideal es que tenga una textura más bien densa para que no moje en exceso la masa y así pueda subir bien en el horno.
- Bacon cortado en tiras.
- Champiñones frescos.
- Queso mozzarella rallado o el que más te guste para fundir.
- Aceitunas negras.
- Orégano seco.
La masa queda buenísima, esponjosa por dentro y con una fina capa crujiente por fuera, el queso derretido e integrado con el resto de ingredientes, una auténtica maravilla.
Reconozco que al principio pensé que era una idea un poco cutre, que para eso pues o no preparas pizza o directamente te animas con el horno. Lo cierto es que es una opción estupenda para quienes no quieren encender el horno o incluso para quienes no tienen, y también cuando quieres preparar poca cantidad, por ejemplo un par de pizzas individuales.
Preparación de la pizza en sartén
- Empezamos preparando la masa de pizza casera. Sobre un bol pon un colador y echa la harina a través de él, dándole golpecitos para que caiga. Así conseguimos que se tamice y no tenga grumos ni apelmazamientos.
- Añade también la sal, mezcla un poco y haz un hueco en el centro.
- Pon el agua en una jarrita o vaso y caliéntala unos 10 segundos en el microondas para que esté tibia, el objetivo es que se alcance una temperatura de unos 25ºC (no más de 30ºC). Diluye en ella la levadura, sobre todo si es fresca, con ayuda de una cucharilla.
- Añade al centro del bol el agua con la levadura y también el aceite y mezcla con una cuchara hasta que la masa haya absorbido prácticamente todo el líquido.
- Echa un poco de harina en una superficie de la cocina, pon la masa encima y comienza a amasarla con tus manos, doblándola sobre sí misma, durante unos 5 minutos. Si se te pega un poco a las manos (aunque esta masa no es especialmente pegajosa), déjala de nuevo en el bol reposar 5 minutos y después sigue amasando.
- Cuando tengas una masa con aspecto homogéneo divídela en las partes que necesites. En mi caso tengo calculado que me viene bien dividirla en 3 partes para hacer 3 pizzas en una sartén de 24 cm de diámetro. Si utilizas una sartén más pequeña divídela en 4, y si es más grande puedes dividirla simplemente por la mitad.
- Coloca cada porción de masa en un recipiente que sea el triple o más de grande que cada porción para que pueda subir en su interior sin problemas, y tápalos.
- Para fermentar tienes dos opciones, o bien dejar los botes a temperatura ambiente durante 1 hora o más hasta que la masa doble su volumen, o bien dejarlos hasta el día siguiente en la nevera que es lo que suelo hacer yo. Si optas por la opción nevera, saca los recipientes media hora antes de darles forma.
- Coloca cada porción de masa sobre un papel de horno y estírala con tus manos o con un rodillo hasta que esté a tu gusto, más o menos fina pero siempre teniendo en cuenta el tamaño de la sartén que vayas a utilizar.
- Pon la sartén que vayas a utilizar a fuego medio y cocina el bacon 3 o 4 minutos o hasta que se dore un poco. Reserva aparte.
- Ahí mismo cocina los champiñones (límpialos antes quitándoles los posibles restos de tierra y córtalos en rodajas) otros 3 o minutos y reserva junto con el bacon.
- Seca la sartén si hay restos de aceite y échale un poco de harina de trigo o sémola de trigo duro por su superficie.
- Coloca una masa de pizza en la sartén, que deberá estar a fuego medio pero con cuidado de que no esté demasiado fuerte y no queme la masa, tápala y cocina unos 12 minutos.
- Si es la primera vez que las preparas ve destapando la sartén y levantando la masa un poco para comprobar qué tal va, que no quede blanca pero que tampoco se queme.
- Pásala de nuevo al papel de horno y dale la vuelta.
- Cubre esa parte que se ha dorado con la salsa de tomate, el queso rallado, el orégano, el bacon, los champiñones y las aceitunas negras.
- Vuelve a colocarla en la sartén, tápala y cocínala 5 minutos.
- Quita la tapa y cocínala 5 minutos más o hasta que la levantes y veas que por debajo está doradita y a tu gusto.
- Ya tienes la pizza en sartén lista, déjala sobre una rejilla y sigue con el resto de porciones. Para agilizar la tarea si vas a preparar más de una a la vez lo ideal es que utilices 2 sartenes a la vez.
Tiempo: 1 hora más el reposo de la masa
Sirve y degusta
Degusta estas pizzas nada más salir de la sartén, calentitas y recién hechas. Eso si, si tienes que preparar varias a la vez pero quieres servirlas todas juntas o incluso necesitas tenerlas listas con antelación, prepáralas por completo y justo antes de servirlas vuelve a ponerlas 2 o 3 minutos en la sartén tapada para que vuelvan a estar calientes.
Te aseguro que el resultado es sorprendente, no te imaginas que va a quedar tan bien hasta que lo pruebas ya que la masa por fuera está muy crujiente y por dentro esponjosa, con el queso fundido y combinando genial con el resto de ingredientes. Sin duda alguna es una pizza de auténtico… ¡escándalo!
Variaciones
Puedes innovar con la masa y añadir junto con la harina algunas hierbas, especias o semillas, por ejemplo un poco de tomillo o romero secos, un toque de pimentón o unas semillas de sésamo.
Como ingredientes puedes añadir infinidad, así que para inspirarte aquí te dejo nuestro recopilatorio Pizzas: las mejores recetas y cómo preparar masa de pizza casera. Entre mis ingredientes favoritos están, además de los de esta pizza, el atún, las alcachofas, la cebolla, la albahaca, los quesos potentes, las anchoas, las alcaparras… e incluso la piña! 😛
Consejos
Las cantidades de los ingredientes que se ponen sobre las pizzas van un poco a ojo aunque puedes ver las fotografías para que te sirvan de guía. La clave está en no utilizar un exceso de salsa de tomate para que la pizza no se reblandezca, sin embargo está genial que la cantidad de queso sea generosa, y para el resto de ingredientes es importante que no aporten agua y, en ese caso, que estén bien escurridos (por ejemplo una conserva de alcachofas) o un poco cocinados (como los champiñones frescos).
Utiliza las pizzas como la mejor opción de aprovechamiento para reciclar restos de comidas ya hechas (¿sabes lo bien que le queda un poco de pollo asado, unas albóndigas desmigadas o una carrillera guisada) o sobras de cualquier verdura que haya quedado en la nevera. Échale imaginación y disfruta innovando con las combinaciones de ingredientes.
Como la masa se divide en porciones, te animo a preparar el doble de masa y congelar las que no vayas a utilizar. ¿Cuando? Una vez que haya fermentado, tanto a temperatura ambiente como en nevera, manipúlala un poco con las manos para sacarle el aire y darle forma de bola y ya puedes congelarla. Para utilizarla, descongélala durante unas horas en la nevera, después sácala a temperatura ambiente y en media hora o cuando no se note muy fría dale forma y sigue con el proceso.