Receta de pan de leche casero, tierno y delicioso ¡muy fácil!
Ingredientes para 3 panes medianos
- 500 g de harina de trigo de fuerza. Para saber de qué tipo es una harina, basta mirar la información nutricional en el propio paquete y donde indica las proteínas si el valor es más de 11 es harina de fuerza.
- 330 g de leche y un poco más para pintar los panecillos antes del horneado.
- 15 g de levadura fresca o 5 g de levadura seca de panadería.
- 40 g de azúcar blanco.
- 5 g de sal.
- 30 g de mantequilla sin sal y un poco más para untar el recipiente en el que dejaremos la masa.
Se obtienen unos panecillos deliciosos con un fantástico aroma a mantequilla y una miga blanca y esponjosa. La masa es muy fácil de manejar y se puede amasar a mano aunque también verás recomendaciones por si quieres hacerlo con un robot amasador. No temas con la fermentación, en la receta verás explicado el proceso paso a paso y sabrás cuanto tiempo debe reposar la masa en casa paso y además conocerás el truco de la fermentación en frío en la nevera por si te viene mejor dejar la masa hecha y seguir al día siguiente con el proceso.
Cómo hacer pan de leche casero
- Pon la leche en un recipiente y caliéntala unos 10-15 segundos en el microondas, solamente para que se temple. Para que sepas un poco más a fondo la teoría lo ideal es que no pase de los 30ºC para que no anule el efecto de la levadura.
- Echa la levadura (si es fresca, ligeramente desmenuzada), mezcla con una cuchara y espera unos 5 minutos a que se disuelva.
- Incorpora también el azúcar blanco y mezcla un poco.
- Pon en un bol la harina junto con la sal.
- Haz un hueco en el centro y vierte en él la mezcla de leche, levadura y azúcar.
- Esta masa puedes amasarla a mano o con robot:
- Si amasas a mano empieza mezclando con una cuchara hasta que se haya absorbido prácticamente todo el líquido y después amasa con tus manos doblándola sobre sí misma durante unos 3 o 4 minutos hasta que consigas una masa con un aspecto homogéneo, verás que es una masa muy fácil de amasar y que no queda pegajosa. Añade la mantequilla fría (recién sacada de la nevera) y en trocitos y sigue amasando, al principio la masa estará un poco pegajosa pero verás que enseguida la mantequilla queda perfectamente integrada. Déjala reposar 10 minutos, vuelve a amasarla un poco y lista.
- Si amasas con un robot ponle el gancho amasador y actívalo a velocidad media-baja durante 2 o 3 minutos. Incorpora la mantequilla fría (recién sacada de la nevera) en trocitos y de nuevo amasa 3 o 4 minutos o hasta que veas que la mantequilla está integrada. Déjala reposar 10 minutos, amasa de nuevo durante 1 minuto y lista.
- Coge la masa, dale forma de bola, colócala en un recipiente ligeramente untado con un poco de mantequilla, tápalo y déjala reposar a temperatura ambiente durante 1 hora o hasta que doble su volumen o si lo prefieres en la nevera hasta el día siguiente.
- Si has dejado el recipiente en la nevera al día siguiente sácalo y espera media hora a que se temple un poco.
- Amasa la masa para desinflarla un poco y quitarle el aire y divídela en bolitas de 60 g, que en total salen 15. Amasa cada una un poco para darles forma de bola y déjalas sobre papel de horno en una bandeja de horno. Tápalas con un paño ligeramente húmedo y déjalas reposar durante 1 hora. También puedes darle forma de pan redondo o alargado en un molde rectangular y hornearlo de una pieza en vez de en porciones individuales.
- Cuando el tiempo esté cerca de cumplirse precalienta el horno a 210ºC con calor arriba y abajo.
- Justo antes de llevarlos al horno píntalos con un poco de leche por encima con ayuda de una brocha de cocina.
- Hazles unos cortes por encima a los panecillos con un cuchillo afilado o con una cuchilla de panadería como ya la que yo he utilizado (se consigue un corte muy fino).
- Introduce la bandeja en el horno a altura media, reduce la temperatura a 180ºC y hornéalos durante unos 25 o 30 minutos, hasta que veas que se han dorado un poco por encima.
- Saca los panes de leche del horno, espera 2 o 3 minutos para no quemarte y ponlos sobre una rejilla para que terminen de enfriarse.
Tiempo: 3 horas (pero no te asustes, ahí incluyo mucho tiempo de reposo)
Sirve y degusta
Una vez fríos ya puedes degustar estos fantásticos panecillos de leche. Para conservarlos ponlos en un recipiente cerrado, aguantan muy bien 3-4 días e incluso algunos más aunque se irán secando un poco. También te recomiendo congelarlos en cuanto se hayan enfriado ya que al descongelarlos están como recién hechos.
Disfruta de unos panes tiernos y deliciosos gracias a la leche y al toque de la mantequilla. Su textura es esponjosa y son ideales para el desayuno o una merienda e incluso para servir a la mesa para acompañar platos de todo tipo. Sin duda es un pan de auténtico… ¡escándalo!
Variaciones
También se pueden pintar con huevo batido para que queden un poco más dorados y con la costra más crujiente.
Consejos
Estos panecillos son ideales para tostar porque la mantequilla que llevan cuando se calienta desprende su fantástico aroma y es una auténtica delicia.
La fermentación de las masas siempre es un tema complejo sobre todo para quien no está habituado a trabajarlas, pero no hay de qué preocuparse. La temperatura influye bastante y en verano habrá que buscar estancias más frescas para dejar la reposar la masa pero en invierno las pondremos en estancias cálidas o incluso se puede encender el horno 5 minutos a 30ºC, apagarlo y dejar dentro el bol con la masa para que suba. Eso si, no hay que llegar nunca a la sobrefermentación, así que procura que la masa nunca pase del doble de su volumen inicial.