Tarta de limón y queso fría. Receta muy fácil y sin horno
Ingredientes para un molde de 23 cm de diámetro
- Para la base:
- 250 g de galletas tipo María o las que más te gusten.
- 100 g de mantequilla (también queda bien y con acabado más jugoso utilizando 60 g de mantequilla y 40 ml de leche, pero si prefieres que quede más crujiente utiliza solo mantequilla).
- Para el relleno:
- 300 ml de nata líquida para montar. Deberás mantenerla en la nevera hasta el momento de utilizarla, para que esté bien fría.
- 400 g de queso crema.
- El zumo de 2 limones colado (unos 80 ml).
- 150 g de azúcar blanco.
- 5 hojas de gelatina.
- Para la cobertura:
- 100 ml de zumo de limón.
- La ralladura de la piel de un limón.
- 30 ml de agua.
- 40 g de azúcar blanco.
- 1 hoja de gelatina.
Es muy fácil de preparar y no necesita horno ni apenas calor (salvo calentar un par de cosas en un cazo un momentito) por lo que es ideal para elaborar y disfrutar en los meses más calurosos. Resulta refrescante, con un sabor potente a limón y una textura cremosa muy agradable.
La clave está en darle todo el sabor solamente con limón, sin gelatinas de sabores o saborizantes artificiales, sino simplemente con su zumo y su ralladura. También es importante no pasarse con el azúcar aunque cierta cantidad es necesaria para contrarestar la acidez del limón. Se prepara en un momento y aunque necesita horas de reposo, si te organizas y la haces de un día para otro verás lo rápida que es de preparar y lo rica que queda.
Preparación, cómo hacer la receta de tarta de limón y queso fría
- Empezamos preparando la base de la tarta. Para ello tritura las galletas de la forma que te sea más cómoda, ya sea utilizando un robot como yo o también una picadora, un mortero, presionándolas con un vaso sobre un plato o metiéndolas en una bolsa de plástico y pasándoles el rodillo por encima. Con el robot quedan muy pulverizadas así que si te gusta un resultado más rústico y con grumos puedes utilizar otros métodos.
- Pon la mantequilla en un bol amplio y derrítela introduciendo el bol durante unos segundos en el microondas, hasta que veas que está fundida.
- Echa en el bol las galletas picadas y mézclalo todo bien. Si prefieres utilizar una parte de mantequilla y otra de leche, simplemente derrite la mantequilla y échala a las galletas junto con la leche.
- Vierte la mezcla en el molde desmontable y ve presionando con una cuchara para que la base quede compacta y lisa. Mete el molde en la nevera para que se enfríe bien mientras preparas el relleno de queso de la tarta.
- Ahora vamos a preparar el relleno. En un bol con agua fría pon la gelatina para que se hidrate.
- Saca la nata de la nevera, que deberá estar bien fría, y móntala. Para ello ponla en un bol y bátela con unas varillas eléctricas hasta que esté montada, es decir, esponjosa y aunque vuelques el bol no se mueve. Recuerda no pasarte de batido porque si eso ocurre podría cortarse y convertirse en mantequilla.
- En otro bol, más grande, mezcla con las varillas el queso crema con el azúcar hasta que la mezcla sea homogénea y sin grumos.
- Vierte la nata en la mezcla de queso y azúcar y con ayuda de una lengua de cocina ve mezclándolo todo poco a poco y con movimientos envolventes de forma que la textura se mantenga esponjosa hasta que se integre todo bien y no haya grumos.
- Pon el zumo de limón del relleno (80 ml) en un cazo a fuego medio y cuando esté hirviendo escurre con tu propia mano las hojas de gelatina, échalas al cazo y dale vueltas con unas varillas durante 1 minuto.
- Vierte la mezcla de zumo de limón y gelatina en el bol con el resto de ingredientes y mezcla de nuevo con unas varillas.
- Saca el molde de la nevera y echa la mezcla en él. Vuelve a meter el molde en la nevera y déjala reposar al menos unas 6 horas, aunque mi me gusta dejarla de un día para otro.
- Cuando ya esté cuajada la tarta, prepara la gelatina de limón para decorar por encima. Para ello pon la hoja de gelatina en un bol con agua fría para que se hidrate.
- Lava muy bien el limón con agua fría, sécalo y ralla la piel del limón y resérvala. Escurre limones hasta llegar a los 100 ml.
- En un cazo echa el zumo de limón, los 30 ml de agua junto y los 40 g de azúcar, a fuego medio.
- Cuando hierva escurre la gelatina, échala en el cazo y mezcla con unas varillas durante un minuto.
- Retira el cazo del fuego, echa en él la ralladura de limón y mezcla un poco.
- Saca la tarta de la nevera y echa la gelatina por encima. Este proceso quizás sea el menos sencillo de todos los que necesita la tarta porque si el líquido cae muy directo puede ir creando agujeros en la superficie de la tarta. Lo que yo suelo hacer es ir cogiendo la gelatina con una cuchara sopera y voy echándola con cuidado junto a las paredes de la tarta, para que de ahí vaya resbalando y no la estropee.
- Pon la tarta de nuevo en la nevera y espera unas 4 o 6 horas hasta que cuaje la parte superior.
Videorreceta de la tarta de limón y queso fría
Tiempo: 45 minutos más al menos 6 horas de reposo y después otras 4-6 horas.
Sirve y degusta
Sírvela a la temperatura que prefieras, en los meses de calor puede ir directa de la nevera a la mesa pero si no quieres que esté tan fría simplemente sácala de la nevera 30 minutos antes para comerla a temperatura ambiente. Si te sobra no te preocupes, aguanta fenomenal 3-4 días en nevera en un recipiente cerrado.
El queso y la nata le aportan una cremosidad fantástica, sin tener en ningún momento la sensación de la gelatina, y de sabor el limón es el absoluto protagonista, con un toque contundente en la capa superior gracias a la cantidad de zumo que lleva y la ralladura. Si buscas una tarta de limón casera y potente de sabor esta se va a convertir en una de tus preferidas, está de auténtico… ¡escándalo!
Variaciones
Es muy sencillo versionar este tipo de tartas frías, por ejemplo empezando por la base. En vez de utilizar estas galletas tan sencillas puedes prepararla con otro tipo de galletas que le den un plus de sabor, por ejemplo unas galletas con chocolate, las famosas Oreo o las que más te gusten.
Aunque yo no lo he probado, diría que con naranja o pomelo puedes utilizar las mismas cantidades y te quedará una tarta cítrica muy rica igualmente.
Consejos
Es importante que cuando mezcles la nata con el queso y el azúcar lo hagas en 2 o 3 tandas, mezclándola poco a poco con una lengua de cocina para evitar que desaparezcan las burbujas de aire creadas ya que le aportan una textura muy buena a la tarta.
Es una de esas tartas a las que el reposo le sienta fenomenal así que si puedes hazla de un día para otro, notarás que el sabor a queso es más intenso aún.